Carlos Rubio saborea con los suyos los detalles de una de las experiencias más apasionantes de su vida como alpinista. Hace tan solo unos días que volvió a casa tras tener que abandonar repentinamente, por un problema de salud, la expedición al Everest encabezada por el montañero vasco Alex Txikón.

Recuperado ya de sus problemas pulmonares, Carlos recuerda la aventura con un sabor agridulce: «He vivido momentos increíbles junto a un equipo maravilloso, hemos trabajado duro, pero ha sido todo muy gratificante. Me queda la espinita de no haber hecho cumbre, para mí, que me exijo mucho, no ha sido lo que esperaba. Pensaba que al menos llegaría a los 8000 metros pero a los 6500 me dio el viaje».

FOTO-1--CARLOS-RUBIO-Carlos Rubio en Cercedilla, junto a la estatua del campeón olímpico, Paquito Fernández Ochoa.

«ME FUI LLORANDO DEL EVEREST»

El alpinista de Cercedilla, tuvo que ser evacuado en helicóptero tras sufrir un principio de edema pulmonar y agotamiento cuando se encontraba en el C2  «daba dos pasos y es como si hubiera corrido una maratón y a esa altura no recuperas. Alex me dijo que no me veía bien y que me tenía que marchar, ni se me había pasado por la cabeza abandonar. Estaba ya debajo de la pared, en la parte bonita, dónde a mí me gusta, dónde había que escalar, me fui llorando» relata con tristeza Carlos Rubio.

FOTO-2-CARLOS-RUBIOCarlos Rubio en su ascensión al Everest. Foto: Alex Txikón.

El escalador fue trasladado en un primer momento hasta un centro de salud a 4000 m. de altura y posteriormente hasta un hospital de Katmandú «mi idea era volver a subir cuando me recuperara pero mi familia estaba preocupada y yo ya tenía la cabeza más aquí que allí», señala Carlos, que tras tres días de hospitalización regresó a casa.

CALUROSO RECIBIMENTO

Al llegar a Cercedilla, Carlos Rubio ha recibido un caluroso recibimiento de vecinos y amigos «me ha sorprendido, no me lo esperaba. Incluso sin conocerme, la gente me para por la calle y me da la enhorabuena, casi como si hubiera hecho cumbre. Ha sido muy especial».

FOTO-3-CARLOS-RUBIOCarlos Rubio es saludado y felicitado continuamente cuando pasea por las calles de Cercedilla.

Entre saludo y saludo Carlos piensa ya en el próximo reto, que volverá a tener como escenario las cumbres de Nepal «quiero empezar a entrenar, mi cabeza está ya en Rolwaling dónde en noviembre iré con siete escaladores del equipo nacional a abrir nuevas rutas a 7000m. de altura».

«HE APRENDIDO MUCHO DE ALEX TXIKÓN»

La aventura al Everest para Carlos Rubio ha terminado pero no para Alex Txikón y el resto de la expedición, que continúa su ascención invernal y sin oxígeno artificial a la cumbre más alta del planeta. «Ojalá lo consigan» apunta Carlos, «es el gran sueño de Alex y yo estuve allí para ayudarle a cumplirlo, era mi único objetivo».

FOTO-4---CARLOS-RUBIOCarlos Rubio junto a Alex Txikón en el Everest. Foto: Alex Txikón.

«Alex es un tío excelente, preocupado siempre por todos, es una máquina, un portento, una bestia, lo tiene todo» señala Carlos Rubio que recuerda con cariño como el montañero vasco se encargaba siempre de motivar al resto del equipo «Alex nos ponía canciones y nos las dedicaba , pasábamos las noches escuchando música y bailando, él siempre decía, venga la última, y podían sonar 70 más».

«He aprendido mucho de Alex, en todos los sentidos», remata Carlos Rubio, que grabará la aventura para siempre en la mejor estantería de su memoria.